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FUENTE: MANCHAY GRONE

La mancha de Manchay

Relato de 2 días de lucha 

Publicado: 2016-02-04


Manchay, un centro poblado ubicado en los límites de los distritos de Cieneguilla y La Molina en el distrito de Pachacamac, es un pueblo de más de 70 mil habitantes que habitan el lugar aproximadamente desde 1982. [1] Sus primeros habitantes fueron inmigrantes que provenían en su mayoría de la zona sur y centro de la sierra peruana escapando de la pobreza y la violencia política que protagonizaron las Fuerzas Armadas del Perú y el Partido Comunista – Sendero Luminoso. Manchay es conocida porque en ella se rodó la película “La teta asustada”; y su nombre proviene del quechua, que en castellano significa: la acción de asustar o de asustarse. [2]

A pesar de que en los últimos días la atención de la mayoría de limeños se encuentra concentrada en las campañas electorales, iniciando la semana se dio un fenómeno de lucha interesante en el pueblo de Manchay. [Foto1] Este lugar, conocido por pocos, y visitado por políticos partidarios solo en elecciones, desarrolló un contundente Paro y bloqueo de carretera en contra de la implementación de la nueva ruta alimentadora N° 255 en el corredor Javier Prado – La Marina – Faucett. En Lima, acciones tan fuertes y unitarias como esta son novedad ante la indiferencia cotidiana por los problemas comunes de la ciudad.

El bloqueo de la carretera se inició a las 6am del día lunes 1 de febrero en las curvas que sirven de subida y entrada a la Av. Víctor Malásquez. Las protestas de los manchayinos se debían principalmente al precio del pasaje de la ruta alimentadora pues ésta cobraba S/ 1.20 mientras las antiguas líneas que ya no tenían permiso para circular solo cobraban S/ 0.50. Otros motivos de protesta que se pudo rescatar de la protesta del pueblo movilizado fue la prohibición de subir con grandes bultos que se imponía a los usuarios de la nueva ruta N°255 y la dificultad que se generaba al no tener líneas de transporte alternativas que pudieran salir de la avenida principal. [Video1]

En el primer día de bloqueo se dieron los enfrentamientos más fuertes. El objetivo de la policía era avanzar para desobstaculizar la carretera. Para ello recurrió a varias tácticas. Una de ellas, quizás la más sorpresiva, fue el uso de helicópteros para repeler a los manifestantes por medio de bombas lacrimógenas lanzadas desde las alturas. [Video2] Esta táctica, totalmente repudiada por los manchayinos, causó pocas bajas y más resistencia en el pueblo en lucha. Los más afectados tras las acciones del helicóptero fueron los niños y niñas, ancianos y ancianas que tuvieron que salir a la calle porque algunas de las bombas cayeron sobre sus hogares. Producto de tal forma de represión se registraron incendios. [Foto2]

Las armas que utilizó la policía para dispersar a los manifestantes atrincherados en las alturas del cerro (entrada de Manchay) y en la avenida principal fueron principalmente bombas de gas lacrimógeno y perdigones, [ Foto3]que fueron utilizadas por decenas de policías que se transportaron en un aproximado de 4 portatropas, 2 ómnibus grandes y 5 tanquetas. [Foto4] Sin embargo, también se registraron heridos de bala. Más tarde algunos manifestantes informaban que un joven estaba en coma producto de un balazo disparado por efectivos policiales. No se sabe de su recuperación. [Video3]

Ante tal arremetida contra el pueblo de Manchay, el número de manifestantes fue aumentando poco a poco. Ya no eran solo varones adultos los que bloqueaban y resguardaban la entrada, sino que muchas mujeres adultas –madres de familia en su mayoría- también salieron a resistir sin dudar en enfrentarse a la policía. Más tarde, niños aproximadamente desde los 11 años, con polos que cubrían sus rostros también se unían a la resistencia. Había en las calles auténticas barricadas. [Foto5] Pero lo más asombroso del día fue la unidad en la lucha que se dio entre conocidos bloques de barras de Manchay que cotidianamente se odian a muerte. [Foto 6] Un manchayino llamado Wilson comunicó el fenómeno de la siguiente manera: “Gallinas, pavos y cagones se unieron para defender al pueblo. Yo que soy burro también”. Esto en alusión a los hinchas de Universitario de Deportes, Sporting Cristal y Alianza Lima, y a sí mismo como hincha de Cienciano del Cusco. Quizás por este motivo la policía especuló que los manifestantes eran matones del Callao, pues el mundo de las barras ofrece a cualquiera la oportunidad de aprender las artes del guerreo y sus peculiaridades de bandidaje.

La cantidad de heridos iba en aumento y la posta médica de Portal 1 no se daba abasto. Varios de los heridos, sobre todo los más graves, fueron derivados al Hospital Bravo Chico. Del mismo modo, fueron detenidos muchos jóvenes siendo destinados a diferentes comisarias.

Ya en el segundo día de lucha, se hacía sentir la importancia de una organización y la necesidad de una dirección que oriente a la multitud movilizada. Algunas mujeres recaudaban colaboraciones monetarias (la denominada chanchita) para poder realizar una olla común pues hacía falta alimentos para los y las que resistían. La mayoría sostenía que debían reunirse para elegir a un grupo de manchayinos que dirijan un Comité de defensa porque los dirigentes vecinales de cada sector no se aparecieron durante la confrontación con la policía ni cuando el ambiente estaba sereno. Cuando manifestaban que el pueblo es el que decide lo hacían aludiendo a que ellos mismos se han organizado debido al abandono de los dirigentes de las juntas vecinales.

Entonces, frente a un templo católico, hace su aparición el sacerdote José Chuquillanqui junto a Percy Tapia, enviado de la Defensoría del pueblo. Con un megáfono explican que se tuvo algún contacto con los responsables de Protransporte para que el sacerdote acceda a ser intermediario entre la Municipalidad, la policía y el pueblo de Manchay. Después de dar un discurso sobre la carta que recibió de la Municipalidad, Chuquillanqui menciona que podría llamar a los voceros de Protransporte para que se pueda formar una mesa de dialogo. La única condición es que le aseguren condiciones mínimas de respeto. La mayoría acepta organizarse para poder entablar un diálogo con Protransporte, pero al mismo tiempo dudaban de la veracidad de las palabras del sacerdote pues nadie lo eligió para ser intermediario y en Manchay no tiene una buena acogida entre muchos vecinos por los cobros encubiertos bajo modalidad de donaciones que realiza en los colegios y nidos que administra, sus posibles vínculos con Cipriani y otros descargos.

Para dialogar era menester organizarse. La reunión para elegir a los representantes del pueblo se iba a dar en la Plaza de armas de Manchay, uno de los pocos lugares de esparcimiento público. Desde el punto central del bloqueo hasta la plaza de armas hay por lo menos 45 minutos a pie. Mientras la muchedumbre caminaba hasta la plaza iban surgiendo reclamos por doquier. La construcción de un hospital que no se ha cumplido, la falta de muros de contención en las laderas de los cerros aledaños, la escasez de escaleras para subir hasta sus hogares, la falta de áreas verdes, la acumulación de basura en algunos puntos y la reducida presencia de serenazgo en la zona son reclamos que se hacían sentir. Varios de los manifestantes se pronunciaban argumentando que este solo es el comienzo porque se necesita una lucha integral por el hábitat.

Ya en la plaza, los habitantes comenzaban a llegar en grupos. Algunos se habían quedado en la carretera bloqueada para evitar que los policías se apropien de la zona. Mientras algunos de los vecinos daban sus pronunciamientos particulares llamó la atención el discurso de un joven llamado Oscar Condori quien articulaba la causa de la protesta y la lucha contra el neoliberalismo. Más tarde se supo que Oscar es estudiante sanmarquino de la Facultad de economía. Su discurso, su porte de estudiante y sus acciones concretas en el bloqueo le hicieron ganarse el respeto de gran parte de los presentes. Él fue uno de los elegidos para formar el grupo de dirección cuando se creó el Frente de Defensa de la Quebrada de Manchay (Fredequm).

Minutos más tarde hicieron su llegada los voceros de Protransporte, los representantes de la Defensoría del Pueblo y el párroco principal de Manchay. Iniciado el dialogo la multitud desconoció la representación que se había adjudicado el sacerdote Chuquillanqui. En seguida la asamblea abierta lo expulsó del espacio de dialogo. El sacerdote, con una cara de pocos amigos que en efecto es una realidad, no tuvo más salida que retirarse del lugar junto a un número de 10 personas afines a él. Algunos presentes comentaban mejor no ir a misa el fin de semana por las represalias que haría el sacerdote. Había un ambiente anticlerical en la multitud pero no eran anti-religiosos.

Seguidamente, el estudiante Condori dio paso a leer las demandas que exigía el pueblo frente a David Hernández, vocero de Protransporte. Las demandas fueron dos en concreto. La primera exigía que el ingreso de la ruta alimentadora se quede sin efecto definitivamente, pues en un comunicado de la Municipalidad decía que la ruta quedaba sin efecto indefinidamente. Esta cuestión alteraba a los manifestantes pues sentían que en cualquier momento volvería a entrar la ruta N° 255. La segunda demanda consistía en una indemnización de parte del Estado para los afectados y heridos que habían resultado de la protesta. Más tarde, durante el calor del dialogo se sumó la cuestión de la liberación de los detenidos.

David Hernández, dijo frente a todos que el acta de compromiso para cumplir las demandas sería la tercera que firmaba en esos 2 días de bloqueo. Los manchayinos respondían que las dos primeras actas se firmaron de espaldas al pueblo con personas que no los representaban pues no habían sido elegidos democráticamente. Por tal motivo también desconocieron a un autoproclamado dirigente llamado Aníbal Zegovia quien habría sido entrevistado por el Diario La República. [3]

En un cuaderno celeste que se había comprado horas antes en una de las librerías cercanas se escribió y firmó el acta entre los representantes democráticamente elegidos por el pueblo de Manchay y el vocero de Protransporte. En el acta la Municipalidad cedía todos los puntos ante las exigencias de un pueblo que se hizo respetar. La historia de la ruta alimentadora terminó con esta escena, pero la organización de los manchayinos, el cuestionamiento al servicio de las combis y la segunda oportunidad que le ofrecen, y el contacto que tomaron personas de diferentes sectores del inmenso Manchay muestran que bien podrían darle un nuevo “susto” a las empresas de transporte, a las autoridades municipales y al aparato policial. 


Referencias:

[1] http://larepublica.pe/07-03-2010/los-hijos-de-manchay

[2] Cerrón Palomino, R. (1994). Diccionario unificado Quechua sureño. Lima: BNP

[3] http://larepublica.pe/impresa/sociedad/738142-manchay-se-movilizo-contra-el-corredor-azul


Fotos:

[Foto1] 

Fuente: Casas

[Foto2]

Fuente: Casas

[Foto3]


Fuente: Manchay grone

[Foto4] 

Fuente: Manchay Grone


Videos:

[Video1] https://www.youtube.com/watch?v=GSVNGU1X8B0

[Video2] https://www.youtube.com/watch?v=uGoroiRwG8k 

[Video3] https://www.youtube.com/watch?v=nyTDc6f-MwU

[Video recopilación-Viva el Perú] https://www.youtube.com/watch?v=t8eRpv8IEYo

[Video Bonus-Sucio policía] https://www.youtube.com/watch?v=HenRK6eZ7Vc&feature=youtu.be  









Escrito por

Marcos Fonseca

Mis juicios se nutren de mis sentimientos, de mis pasiones. JCM


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